Ni su candidatura ni su estilo eran una sorpresa, pero la progresión en su intención de voto sí lo ha sido, al menos para mi.

Según datos del CIEP, Juan Diego Castro empezó con 5,8% en agosto, subió a 12,6% en octubre, y finalmente llegó a 15% en noviembre, y ese incremento dispara tanto alegría entre sus seguidores como alarma entre quienes rechazan sus ideas y discurso.

Pero indistintamente si se está a favor o en contra de Castro, ante tanta incertidumbre vale la pena estudiar el por qué de ese 15% y qué puede suceder en el corto plazo.

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